Descripción
El primer rastro de su existencia data de 1887. Con una reputación muy antigua, Selles-sur-Cher ha mantenido su tradición de fabricación artesanal, lo que le valió el AOC en 1975, uno de los primeros. Cuanto más envejece, más carácter adquiere Selles-sur-Cher y más se acentúa su sabor a nuez. Su pasta muy blanca contrasta con su fina corteza suave que contiene marcas superficiales. Al principio de su maduración, su pasta es firme, para posteriormente evolucionar hacia una pasta mas blanda y casi arcillosa y finalmente derretirse en boca. La fina ceniza de carbón que lo cubre le da un tinte ligeramente primitivo.